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Claves para manejar el conflicto
- 1 de agosto de 2020
- Publicado por: EducaConsultores
- Categoría: Blog CRECIMIENTO PERSONAL
¿Eres de las(los) que siempre necesitan contarlo todo? … No vayas corriendo a contarle a tu amiga, amigo o a tu mamá la situación.
– Busca consejo en una persona de autoridad en el tema que deseas tratar (alguien que en esa área sea exitoso). Los malos consejeros no ayudan para la solución del conflicto.
– Toma la iniciativa. No importa quién haya sido el ofendido o quien ofendió, da el primer paso. Fija una fecha, estando ambas partes de buen ánimo, para tener esa conversación tan pronto como sea posible porque el tiempo no cura las heridas, las inflama.
– Usa tus oídos más que tu boca. Antes de dar tus argumentos, escucha atentamente los sentimientos de la otra persona sin ponerte a la defensiva.
– Ataca el problema, no a la persona.
– Permite que la persona drene, no te lo tomes a personal, solemos actuar sin mucho raciocinio cuando nos sentimos lastimados.
– Admite tus errores. Cuando comienzas la conversación admitiendo una falla, reconociendo tu parte de responsabilidad y pidiendo perdón, automáticamente el enojo de la otra persona se minimiza.
– Todos tenemos un punto ciego, puede ser oportuno acudir a un tercero para que te ayude a evaluar tus propias acciones antes de reunirte con la persona con la que tienes el conflicto.
– La confesión es una herramienta poderosa para la reconciliación.
– No es posible arreglar el conflicto si lo que te interesa es encontrar culpable.
– Una respuesta amable es siempre mejor que el sarcasmo. Calma el enojo, pero la agresiva solo aumenta la tensión.
Proverbios 15:1
– Coopera tanto como puedas. El orgullo es el peor consejero.
– La Paz tiene dos grandes enemigos: El orgullo y nuestro egoísmo.
– Haz hincapié en la reconciliación más que en la solución.
No es realista esperar que todos estemos de acuerdo en todo. La reconciliación se concentra en las relaciones mientras que la solución en el problema.
Podemos restablecer una relación incluso sin haber resuelto las diferencias, de hecho, cuando nos concentramos en la relación el problema suele pasar a un segundo plano e incluso hasta se puede tornar irrelevante.
El mismo diamante visto de diferentes ángulos parece distinto. Recuerda, Dios quiere la unidad no la uniformidad.
La clave es que si se va a resolver una diferencia se haga en un espíritu de armonía, guardando el corazón del ser amado.
¿A quién necesitas contactar para resolver una diferencia?
Haz una pausa y conversa con Dios por esa persona, luego toma el teléfono y cuadren una cita para restaurar esa relación.
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Convivencia sin fricción en confinamiento